Días 8, 9 y 10, Mezclando tres canciones (intentándolo)

Las mezclas son apasionantes, pero muy duras, al menos para mí. Todos mis discos están mezclados bajo una gran presión, y he vuelto loco a algunos técnicos por la idea imposible de conseguir el sonido que tengo en mi cabeza.

"Fotografías" es un disco cuyas mezclas han podido respirar en el tiempo. La tensión está en las letras, en la grabación y en las mezclas, pero después han tenido espacio suficiente para respirar y reconciliarse con la realidad. Algunas han quedado a la primera, otras se han resistido, pero a día de hoy estoy satisfecho de cada una de mis hijas. Las amo, y deseo lo mejor para ellas.

Las tres que han caído en los últimos tres días han sido "Olvídate de las flores", "Magnolias en el barro" y "Fotografías" (por fin). Mañana se grabará el último tema que entrará en el proyecto, una tonada fresca titulada "Entre los golpes y el silencio". Una canción dura y dificil, una historia dolorosa. Desde luego...

¡Viva Sam Miller!

Día 7, Las damas de las tierras altas

Los personajes de las canciones están entrelazados, y unos se hacen daño a otros, se piden perdón, se resienten, se pierden, se pelean, se acusan, se lamentan, se van... Las relaciones se rompen, se dan oportunidades, se levantan y se caen y no se levantan. No hay disco sin hombres y mujeres. Las historias son reales y no.

Hay cuatro voces femeninas que me acompañan a lo largo de estas canciones. No en todas, pero sí (mejor no preguntar). Todas coinciden en una cosa: Son damas. Y de las tierras altas (unas del norte y otras del sur, pero son de aquella parte de la tierra). Mi voz es insuficiente, y las suyas también (es decir, incompletas) pero unidos levitamos literalmente sobre las melodías. Y nos comemos las letras, porque esto ya lo hemos vivido.

El día 7, la tercera dama en discordia (hay poca concordia aquí), grabó "Magnolias en el barro", y un escalofrío recorrío los Smelldog Recordings. Su eco resonó por todos los rincones, y su potente garganta se retuvo para dar paso a la recriminación impotente de un espíritu herido.